Un legado es el aporte espiritual, emocional y cultural, que es traspasado de padres a hijos, sea este positivo o negativo.
Esta definición cambia completamente nuestra idea de herencia. Normalmente pensamos solo en dejar una herencia que consiste en bienes materiales, dinero o propiedades. Sin embargo, un legado espiritual, emocional y cultural, perdurará por generaciones. Los padres modelan y refuerzan este legado mediante los momentos en familia de intimidad y convergencia. Un buen legado prepara a los hijos para ver manifiesto el Destino que Dios ha diseñado para ellos en la eternidad.
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Filipenses 4.9
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:28-29
Ser responsables de lo que dejamos a la siguiente generación es algo digno de tomar en cuenta. Sería muy bueno un auto análisis de nuestra vida presente para definir que queremos dejar a nuestros hijos, nietos, y generaciones futuras. El legado no solo lo dejamos a nuestra familia, sino a las personas que nos rodean y a muchos que ni siquiera conocemos ahora. Por lo que es muy conveniente definir que queremos dejar como un legado permanente.
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